El 26 de abril de se conmemora el aniversario del accidente nuclear de Chernóbil. Ese día, en 1986 ocurrió el accidente de Chernóbil en la central nuclear Vladimir Ilich Lenin, ubicada en el norte de la actual Ucrania, entonces parte de la Unión Soviética. Este incidente es considerado el peor accidente nuclear de la historia, junto con el de Fukushima en Japón en 2011, ambos clasificados como nivel 7 en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares. Este desastre ha dejado una huella indeleble en la historia, tanto por sus consecuencias humanas como por su impacto medioambiental.
El accidente se desencadenó durante una prueba de seguridad en uno de los reactores nucleares, simulando un corte de energía eléctrica. La explosión resultante propagó una nube radioactiva sobre gran parte de lo que ahora son Bielorrusia, Ucrania y la Federación de Rusia. Aproximadamente 8.4 millones de personas en estos países se expusieron a la radiación. Hoy en día, en medio de la guerra Rusia-Ucrania, esto ha vuelto a tomar importancia por posibles consecuencias en caso de una posible invasión por parte de las fuerzas rusas.
Peor accidente nuclear de la Historia
El accidente de Chernóbil ocurrió el 26 de abril de 1986 durante una prueba de seguridad en un reactor nuclear tipo RBMK en la central Vladimir Ilich Lenin, Ucrania. La prueba, diseñada para simular un corte de energía eléctrica, buscaba establecer un procedimiento de seguridad para mantener la circulación del agua de enfriamiento hasta que los generadores de respaldo pudieran proporcionar energía. Una serie de desequilibrios en el reactor llevaron al sobrecalentamiento y a explosiones sucesivas, lanzando material radiactivo a la atmósfera.
La explosión mató a dos operadores y desencadenó una operación masiva de emergencia para apagar el incendio y estabilizar el reactor. Más de cien personas del equipo de bomberos sufrieron síndrome de irradiación aguda, con 28 fallecimientos en los días siguientes y muertes por cáncer en los años posteriores. Se estableció una zona de exclusión de 30 km alrededor de la central, que sigue vigente.
El accidente causó la muerte de 31 personas en las semanas posteriores y la evacuación de 116 000 personas. La lluvia radiactiva afectó a Europa y América del Norte. Las consecuencias fueron enormes: contaminación ambiental y riesgos para la salud humana, con sustancias radiactivas como yodo-131, cesio-137 y plutonio-239 aún presentes en el entorno. La limpieza se centró en la zona de exclusión, no obstante, se mantienen preocupaciones sobre los impactos en la salud y el medio ambiente debido a la persistencia de sustancias radiactivas.
Vida después del accidente
Cada año, el 25 de abril, al caer la noche, la gente se reúne alrededor de una escultura de un ángel colocada sobre un plinto de piedra en Chernóbil. La escultura, representando al tercer ángel del Apocalipsis con una trompeta, es un símbolo del desastre nuclear que comenzó a la 1:24 de la mañana del 26 de abril de 1986. A pesar de las evacuaciones masivas después del accidente, la zona nunca estuvo completamente deshabitada. Hoy en día, más de 7 000 personas viven y trabajan en las cercanías, y algunos han regresado a pesar del riesgo. En el aniversario, residentes, trabajadores y visitantes se reúnen con velas de cera de abeja, escuchando canciones y poemas interpretados por sobrevivientes.
En la zona de exclusión, donde pocos viven a tiempo completo, aquellos que regresaron después del accidente son mayormente ancianos que obtienen alimentos de sus huertos y bosques circundantes. La radiación es una preocupación constante, con niveles variables en diferentes áreas. Más de 4 000 personas entran y salen de la zona para trabajar, con horarios diseñados para minimizar la exposición a la radiación. La central nuclear sigue siendo un lugar de trabajo activo, con planes de desmantelamiento que durarán décadas.
Actualidad
Las agencias de las Naciones Unidas han pasado de la asistencia humanitaria a la prevención, recuperación, remediación y desarrollo de capacidad, trabajando estrechamente con los gobiernos de Bielorrusia, la Federación de Rusia y Ucrania para brindar asistencia de desarrollo a las comunidades afectadas por Chernóbil.
Ucrania era altamente dependiente de la electricidad generada por Chernóbil en 1986, y continuó utilizando los reactores no afectados incluso después de obtener independencia. Sin embargo, en diciembre de 1995, se firmó el Memorándum de Ottawa entre el G7 y Ucrania, acordando cerrar la central a cambio de ayuda para obtener fuentes alternativas de electricidad.
El último reactor en funcionamiento se apagó el 15 de diciembre de 2000. Con el paso del tiempo, el sarcófago original construido alrededor del reactor se degradó por la radiación y el calor, lo que llevó a la construcción del “Nuevo Sarcófago Seguro” (NSC), una estructura móvil masiva diseñada para contener la radiación durante al menos cien años. Se espera que permita desmantelar el antiguo sarcófago y extraer material radiactivo, siendo una parte crucial del plan de protección estimado en 2150 millones de euros.
Guerra Rusia y Ucrania
La central nuclear de Chernóbil, ubicada en el norte de Ucrania, fue tomada por las fuerzas rusas al inicio de la invasión, cuando las fuerzas rusas rodearon Chernóbil con tanques y vehículos blindados, ingresando desde la frontera con Bielorrusia. Durante ese tiempo, 170 guardias ucranianos fueron tomados como rehenes mientras los rusos inspeccionaban la planta en busca de armas y explosivos.
Los ingenieros y personal técnico pudieron seguir trabajando, y operarios de Rosatom (la Agencia Rusa de Energía Atómica) llegaron en los días siguientes a la zona alrededor de la planta, conocida como “Bosque Rojo”, que es altamente radiactiva. Imágenes de drones mostraron que los rusos cavaron trincheras y permanecieron allí, evidenciando falta de conocimiento sobre seguridad nuclear. Como respuesta, se les informó a los soldados rusos que estuvieron expuestos a dosis significativas de radiación.
Las fuerzas ucranianas lanzaron una contraofensiva en la zona de Chernóbil en las semanas siguientes a la invasión. Desde entonces, la zona de Chernóbil ha estado relativamente tranquila, aunque ha habido algunos combates esporádicos. La situación es crítica debido a la falta de personal de mantenimiento y seguridad, pero se encuentra bajo control ucraniano, aunque la situación en la región sigue siendo inestable.