Taiwán o la República de China (como nombre oficial) es el primer Estado que ha celebrado sus elecciones este año, este pasado sábado 13 de enero. Taiwán, a pesar de ser una pequeña isla en Asia Oriental con un reconocimiento internacional controvertido, tiene más importancia internacional de la que parece. El papel que desempeña a raíz de su conflicto con China, apoyo de Estados Unidos o su localización estratégica la dotan de gran poder y los resultados pueden influir en la esfera internacional. El ganador ha sido el candidato del Partido Democrático Progresista (PDP), Lai Ching-te, con un casi 41 % de los votos.
Lai Ching-te, presidente de Taiwán
Lai Ching-te o William, del Partido Democrático Progresista (PDP), se ha convertido en el presidente de Taiwán con un 40,73 % de los votos. Esto significa que durante cuatro años llevará la voz cantante del país, además de ser el comandante en jefe de las fuerzas armadas, nombrar al primer ministro y formar gabinete. El líder asumirá el cargo el próximo 20 de mayo y en su discurso tras la victoria mencionó: “Estamos determinados a salvaguardar Taiwán de las continuas amenazas e intimidaciones de China”.
Las relaciones con China cada vez son más tensas y tras la victoria de Lai, tachado en Pekín como un “completo separatista”, dictará las relaciones diplomáticas en toda la región. En cambio, el próximo mandatario se ha definido durante la campaña electoral como el mejor garante de la “estabilidad” y del mantenimiento del actual status quo en las relaciones con el gigante asiático.
Lai ha prometido continuar con las políticas de la hasta ahora presidenta Tsai Ing-wen de mantener la paz en el estrecho de Farmosa, que separa la isla de China; reforzar la independencia económica, estrechar lazos con las principales democracias del mundo, “desescalar la tensión con China” y solucionar problemas internos.
¿Quiénes eran los candidatos?
Los cuatro partidos principales eran: el Partido Democrático Progresista (PDP), partido ganador; el Kuomitang (KMT), originario de la facción derechista que luchó en la guerra contra los comunistas; el Partido Popular de Taiwán (PPT), que pretende “romper con los partidos tradicionales”; y el Partido del Nuevo Poder (NPP), partido nuevo surgido por las demandas de cambio de la población.
Lai Ching-te, candidato del PDP y ahora futuro líder, acusó al Kuomitang de “comunista” y de estar a favor de China, a lo que Hou Yu-ih, candidato de este partido, respondió con una alegación en apoyo por la unificación con China, pero a su rechazo de la política de “un país, dos sistemas” como Pekín defiende.
Los dos candidatos de KMT y PPT contaban en total con un 50 % de los apoyos de los votantes en total y el PDP con el 35 %. Encuestas y sondeos apuntaban a que el partido gobernante iba en camino de ganar un tercer mandato consecutivo, como ha ocurrido, algo que no hacía gracia a su presidente vecino Xi Jinping. Estados Unidos, por el contrario, mantiene lazos con la isla y ha apoyado a este gobierno, ya que defiende la independencia de Taiwán. De hecho, el exasesor de Seguridad Nacional, Stephen Hadley, el exsubsecretario de Estado, James Steinberg, y la presidenta del Instituto Americano en Taiwán, Laura Rosenberger, se reunirán este lunes 15 de enero para transmitir las felicitaciones a Taiwán por el éxito de las elecciones.
Contexto previo a las elecciones
Las elecciones en Taiwán han estado fuertemente condicionadas por su situación con China, ya que ambas se consideran el gobierno legítimo de todo el pueblo chino y rechazan a la otra. Hasta ahora, la presidencia la ostentaba Tsai Ing-wen, del Partido Democrático Progresista (PDP), elegida en 2020 y cumpliendo así su segundo mandato, lo que la imposibilitaba para un tercero.
Las elecciones taiwanesas vivieron una ola de desinformación poco antes de celebrarse. Cuando la expresidenta Tsai Ing-wen se reunió con el entonces presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos en abril del 2023, empezaron una serie de rumores que alegaban que China estaba iniciando ejercicios militares alrededor de Taiwán. Además, con objetivo de desacreditar al gobierno del momento, se difundieron comicios sobre la seguridad alimentaria del país o sobre un congresista estadounidense prometiendo apoyo militar si en estas elecciones gana el PDP, como así ha sido.
Todo esto se desmintió gracias al medio Taiwan Fact Check Center, que ha añadido que el principal motivo de esto era desacreditar a los medios de comunicación para generar caos y darle poder a la oposición. Desde la huida del bando nacionalista a Taiwán en 1949 por su derrota frente a los comunistas, China ha alegado que ese territorio le pertenece. Miembros de partidos de la oposición se han visto a favor de esta adhesión y de la unión con Pekín.
¿Qué pasará ahora?
China alega que la victoria del PDP no representa la opinión pública dominante, puesto que Lai no ha conseguido la mayoría, aunque sí superar con creces a los candidatos opositores. El PDP se enfrenta a su tercera legislatura consecutiva, lo que le da una ventaja para continuar por el mismo camino. No obstante, al no haber obtenido mayoría legislativa, tendrá que estar abierto a mantener conversaciones con KMT, el segundo partido más votado.
China ha manifestado su intención de unificar los dos Estados y ha anunciado sus planes con fecha para 2049. Además, han asegurado que cualquier acto de independencia de Taiwán será sometido militarmente. Pekín alega que la isla le pertenece por sus antecedentes históricos y defiende que solo puede haber “una China” (Política de “una sola China”). El presidente chino Xi Jinping afirmó en su discurso de año nuevo el pasado 31 de diciembre que: “la reunificación con Taiwán es inevitable”.
Taiwán es en la actualidad reconocido solamente por 13 países. No obstante, muchos Estados, entre ellos Estados Unidos, han mantenido relaciones diplomáticas y de colaboración con Taiwán. La isla se encuentra en una posición muy complicada, ya que muchos países tienen relaciones diplomáticas no oficiales debido a la presión diplomática por parte de Pekín. China es la segunda potencia económica y tecnológica mundial, por lo que muchos Estados se han negado a reconocer la soberanía de Taiwán por una posible ruptura de relaciones comerciales diplomáticas y comerciales con ella. Esta continuación del PDP en el poder y un papel de reforzamiento como potencia independiente frente a China podrá cambiar el curso de sus relaciones y afectar al orden mundial.
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