El pasado 7 de octubre, al menos cinco grupos armados liderados por el grupo paramilitar árabe sunita Hamás iniciaron un ataque sorpresa a Israel para conseguir centrar los focos de las potencias internacionales en el conflicto entre Israel y Palestina, ya olvidado por muchos por la guerra Rusia-Ucrania. El actual conflicto entre Israel y Palestina lleva ocurriendo décadas, ya que la actual Palestina ha sido territorio de disputa durante muchos años, con orígenes tanto religiosos como de poder. Las dos partes del conflicto conforman dos movimientos nacionalistas y dos religiones cuyo objetivo es hacerse con Jerusalén: la “Tierra Santa”.
Este pasado viernes 1 de diciembre, a las seis de la mañana hora peninsular, se ponía fin a la tregua, la que ambos bandos se han acusado de haber violado. En un contexto de negociaciones fracasadas por prorrogar una vez más este cese al fuego, a esa hora sonaron las alarmas antiaéreas cerca de Gaza por el lanzamiento de un cohete por parte de Israel. Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamás, en pocas horas de la mañana, ya habían perdido la vida 32 palestinos a causa de bombardeos israelíes.
¿Cuál es el origen del conflicto Israel-Palestina?
Todo empieza con Jerusalén, considerada la “Tierra Santa” por el judaísmo, mayoría de los israelíes; y por el islam, religión que siguen los palestinos; que ambos reclaman por su importancia religiosa y derechos históricos. Theodor Herzl, periodista judío, acuñó a finales del siglo XIX el término “sionismo”, que defendía la creación de un Estado democrático para los judíos, lo que propició el origen de colonialismos. Paralelamente, Palestina, que había pertenecido al Imperio Otomano hasta la derrota de este en la Primera Guerra Mundial, quedó bajo el mandato británico como consecuencia de la victoria de Gran Bretaña.
En este contexto, los británicos, a favor del movimiento sionista, firmaron la Declaración Balfour en 1917, donde apoyaban el establecimiento de un “hogar nacional” para el pueblo judío en Palestina, lo que provocó que un gran número de ellos empezase a asentarse en este territorio y formar comunidades judías que crearon malestar y tensión entre árabes palestinos y judíos israelíes.
Tras la Segunda Guerra Mundial, en 1947 la ONU aprobó el Plan de Partición bajo la Resolución 181, que establecía que el 54 % de las tierras palestinas serían del pueblo judío y el 46 % para el pueblo palestino, con Jerusalén bajo la soberanía de la ONU. No obstante, los palestinos no aceptaron este acuerdo, ya que los judíos fueron beneficiarios de más territorios cuando más de la mitad de la población era árabe. Desde ese momento, israelíes y palestinos han estado en lucha tras lucha por hacerse con el control del poder de la región y por defenderse del bando contrario.
¿Cómo es la situación actual?
A raíz de este paulatino desplazamiento de palestinos por parte de colonos israelíes, los palestinos son la tercera comunidad de refugiados más grande del planeta. Como consecuencia de estas guerras y ataques surgió Hamás, considerada como una organización terrorista por la Unión Europea o la ONU, entre otros, que se presentó en las elecciones de 2006 y obtuvo mayoría absoluta. Fatah, su rival político, desde entonces controla Cisjordania y Hamás controla de facto la Franja de Gaza. Gaza ha sido testigo de ataques terrestres y aéreos por parte de Israel y ha estado sufriendo un bloqueo terrestre, aéreo y marítimo tanto por Israel como por Egipto durante años.
Disputa de finales de 2023
Este pasado 7 de octubre, el grupo terrorista Hamás cruzó la frontera a Israel y lanzó un ataque, y mataron y secuestraron a miles de civiles. Según el Ministerio de Salud israelí, aproximadamente 1 200 personas fallecieron y casi 3 500 resultaron heridas. Esto se ha convertido en un punto de inflexión como inicio de otra serie de ataques dentro del conflicto árabe-israelí.
Todo esto hizo saltar la alarma internacional y avivar la lucha de intereses y la geopolítica de Oriente Próximo. En cuanto a la esfera internacional y relaciones diplomáticas, Estados Unidos y la UE, al inicio de estos ataques, defendían el derecho de Israel a defenderse según el derecho humanitario e internacional y condenaron las acciones de Hamás. Por otro lado, Irán y Líbano, con Hezbolá, fueron los principales defensores de Palestina. Egipto, país vecino de Palestina, abrió a principios de noviembre el paso de Rafah para que entrase la ayuda humanitaria -la cual está siendo parada casi en su totalidad- aunque ha manifestado que no podrá acoger a un gran número de refugiados.
En cuanto a China, que desempeña un rol clave dentro de la geopolítica mundial, defiende un diálogo entre Israel y Palestina. Zhai Jun, enviado chino a Oriente Próximo, afirmó a finales de octubre: «China apoya firmemente la causa justa del pueblo palestino de restaurar sus legítimos derechos nacionales y apoya el establecimiento de un Estado palestino independiente basado en las fronteras de 1967, con Jerusalén Este como su capital y plena soberanía». Por otro lado, Rusia mantiene una gran amistad con Irán, principal aliado de Palestina. Además, como bien sabemos, todo lo que Occidente apoya, Rusia niega.
¿Es posible una paz duradera?
Ya ha habido intentos de resolución de este conflicto, además del controvertido Plan de Partición de la ONU de 1947 que dio origen a todo. En primer lugar, en 1978 se firmaron entre el presidente egipcio y el primer ministro israelí los Acuerdos de Camp David, donde ambos firmaron la paz tras doce días de negociación. En segundo lugar, en 1993 se firmaron los Acuerdos de Oslo para poner fin al conflicto, aunque solo dio lugar a la división de Cisjordania, en la que el 60 % del territorio se dejó bajo control civil y militar israelí. Por último, la Cumbre de Camp David, celebrada en el año 2000, en la que enfocaron sus esfuerzos en una solución definitiva, que tampoco se consiguió y dio lugar a la Segunda Intifada.
Según Amnistía Internacional: “Israel solo ha cumplido totalmente el 0’5% de las resoluciones en materia de derechos humanos que se le han presentado”.
La Unión Europea es la principal defensora de una solución de dos Estados, así como la ONU, que “urge a aplicar solución de dos Estados en Palestina”. Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, ha condenado los actos cometidos por los israelíes en Palestina en temas de Derechos Humanos y el apartheid que está ocurriendo en los territorios de los colonos. De hecho, cuando se firmaron los acuerdos de Camp David había 110 000 cerca de colonos judíos viviendo en Cisjordania y actualmente hay más de 700 000.
Si bien Palestina tiene el apoyo de gran parte de la Liga Árabe, Israel cuenta con su principal aliado Estados Unidos, que ha vetado varias resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para detener el conflicto, ya que aboga por el control de Israel en el territorio con el pretexto de la defensa ante un grupo terrorista como Hamás.
No solo una paz duradera no ha llegado a ocurrir, ni siquiera se ha encontrado una solución que contente a los dos bandos. Sin ir más lejos, hay una gran división dentro de los propios palestinos: los que apoyan a Fatah y los que apoyan a Hamás. Por otro lado, los países que apoyan a Israel defienden que este pueda defenderse de grupos terroristas y armados como Hezbolá, grupo paramilitar libanés y principal apoyo de Hamás; mientras que la mayoría de los que apoyan a Palestina no defienden esta división por ser los palestinos los primeros habitantes del territorio y por los delitos cometidos contra su nación.
Paz no, pero… ¿tregua?
Desde el ataque del 7 de octubre, Israel y Palestina han estado atacándose y, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios, a finales de noviembre ya habían fallecido aproximadamente 7 000 palestinos y 1 400 israelíes; sin embargo, dada la dimensión del conflicto, hay una gran dificultad para encontrar una fuente fiable no sesgada.
El pasado viernes 24 de noviembre se establecía una tregua para liberar los 50 rehenes que Hamás tenía secuestrado, a cambio de la liberación de 150 prisioneros que tenía Israel. Esta tregua, sin embargo, no significaba el fin del conflicto. Tal y como afirmó Netanyahu, primer ministro de Israel: “Israel volverá a la guerra cuando acabe la actual liberación de rehenes”. Estas negociaciones, lideradas por Qatar y Estados Unidos, consiguieron una tregua que ha durado hasta el pasado viernes 1 de diciembre, en el que se liberaron rehenes de ambos bandos. Desde un primer momento, estaba planteado que durase hasta principios de esa semana, pero terceros apoyos consiguieron que se extendiese el cese al fuego, tal y como ha ocurrido, hasta este pasado viernes 1 de diciembre.