El gobernador de Texas, Greg Abbot, ha declarado esta semana que continuará defendiendo la frontera de su estado frente a los migrantes que vengan de México pese a una orden votada en la Corte Suprema que habilita a la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos a derribar el alambre de púas que la Guardia Nacional texana instaló en trayectos en su frontera con el país latinoamericano.
La ciudad Eagle Passs, Texas, que hace frontera con la ciudad de Piedras Negras, México se ha convertido en el epicentro de una creciente disputa entre el estado de Texas y el gobierno federal, liderado por Joe Biden hasta las elecciones de este 2024, sobre cómo abordar la crisis migratoria y quién tiene o debe tener jurisdicción sobre esa parte de la frontera.
¿A quién da la razón el Tribunal Supremo?
Abbot ha desafiado al Tribunal Supremo de Estados Unidos al ordenar que la Guardia Nacional texana mantenga el alambre de púas que colocó en la frontera para disuadir la entrada de migrantes. “Texas tiene el derecho constitucional a defenderse”, argumentó este jueves en una entrevista con Fox News, en la que acusó al presidente de Estados Unidos de no hacer nada. De hecho, el gobernador republicano ha defendido la instalación de “más barreras” que impidan esta entrada al considerar a los migrantes “delincuentes”.
El 22 de enero, el Supremo dio la razón al Gobierno federal para que retirase el alambre de púas que las autoridades texanas habían colocado en Eagle Pass. Además, la Administración Biden alega que la barrera de espino impide a los agentes de la Patrulla Fronteriza acceder al área y desempeñar sus funciones. Abbot está inconforme con la decisión y alega una “invasión en Texas”. Esta decisión ha sido objeto de controversia desde diciembre de 2023, cuando el Tribunal Federal de Apelaciones dictaminó en contra de quitar la valla.
Texas y la alambrada
Un subcomité de la Cámara de Representantes de Estados Unidos fue este martes 31 de enero la sede de un intenso debate sobre la creciente disputa entre Texas y el Gobierno Federal por el control de la frontera sur. La controversia se centra en la autoridad que Texas y otros estados reclaman para resguardar la frontera debido a una supuesta falta de acción por parte de la Administración Biden.
La larga lucha de poder y el gobierno de Biden se originó a raíz de que las autoridades de este estado colocasen un alambrado en un parque a orillas del Río Grande, que separa la frontera entre Estados Unidos y México, y por la que cruzan una gran cantidad de migrantes. La semana pasada, la Guardia Nacional de Texas impidió que las tropas federales ingresaran a la zona para deshacerse de esta valla. A pesar de lo establecido en la Corte Suprema acerca de destruir esta fortificación, la Guardia Nacional de Texas ha prometido que protegería la soberanía de su estado.
La disputa, que hasta ahora había sido un conflicto político entre republicanos y demócratas, se ha convertido en un enfrentamiento físico real, sin precedentes, entre las autoridades estatales y federales. El lunes por la noche, la Guardia Nacional de Texas seguía impidiendo el acceso de la patrulla fronteriza a la zona.
Cómo afecta la migración a Texas
El gobierno de Biden destapó una cifra sorprendente: 302 034 detenciones en la frontera sur solamente en diciembre. Las autoridades federales insistían en la disminución, de al menos el 50 %, en los cruces ilegales durante 2024. No obstante, la administración demócrata no era afín a la instalación de vallas, sino a una intensificación en la deportación de migrantes irregulares.
El pasado 12 de enero se vivió un punto máximo de tensión cuando agentes federales acusaron a las autoridades texanas de haberles impedido el acceso al área para rescatar a una familia de tres migrantes de origen mexicano que se habían ahogado cerca del Río Grande.
Además de la colocación del alambre de púas y el despliegue de la Guardia Nacional, Abbott ha enviado decenas de buses con migrantes a Washington y a varias otras ciudades gobernadas por demócratas como parte de su enfrentamiento con las políticas de Biden. Asimismo, también instaló una barrera de boyas en un tramo del río Bravo e impulsó una ley para criminalizar a los migrantes que cruzan de forma irregular la frontera.
Tanto el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, como la secretaria de Relaciones Exteriores de México, Alicia Bárcena, han defendido el enfoque de su país en la gestión de la crisis migratoria en la frontera con Estados Unidos, argumentando que la responsabilidad no puede imputarse sólo a las autoridades mexicanas.
¿Ahora qué?
La polémica en torno a la migración tras la orden judicial para desmontar la barrera de alambre ha encendido la mecha del separatismo y se ha impulsado el “Texit”, es decir, la independencia de Texas frente a Estados Unidos. Este problema se enmarca en el contexto electoral del país en el que Biden, con una disminución de apoyos frente a Trump, tras la posición de su país en temas como el del conflicto Israel-Gaza o temas migratorios.
Texas, que ya fue independiente 9 años antes de unirse como estado federado a mitad del siglo XIX, está teniendo cada vez más apoyos para una independencia. Texas se constituiría como “estado-nación unitario“, que luego se subdividiría en provincias más pequeñas. Eso sí, tendría un ejército independiente entre otras cosas para tener su propio ejército y, por supuesto, controlar su propio alambre de espino en la frontera mexicana.
En un comunicado, el gobernador Abbot aseguró que la Guardia Nacional texana y la Policía estatal actuarán para “proteger la frontera de Texas” que, según medios locales, continúa la instalación de más alambres de púas. La Guardia Nacional patrulla la frontera desde hace tiempo, lo que disparidades de opiniones con el gobierno Federal ha provocado roces entre ellos.